¿Por qué un grupo de compañeros, representativo de todas o casi todas las maneras de ejercer la profesión: muchos autónomos, arquitectos con estudios pequeños y medianos, asalariados, empresarios, profesores, jóvenes que empiezan…. se presentan en la candidatura NUEVO COAM, a la Junta de Gobierno, y también a la de Representantes? Desde luego porque nos parece que el actual colegio está muy alejado de nuestras preocupaciones, de nuestros intereses, pero sobre todo porque confiamos, estamos seguros, somos muy optimistas, de que es posible un colegio diferente y mucho mejor, pero para eso hay que cambiar la actual línea continuista que nos ha traído hasta aquí: la línea de la desafección.
Los arquitectos estamos acostumbrados a aceptar retos. Creemos que es posible un colegio activo en la defensa de los arquitectos y de la arquitectura. Un colegio que nos prestigie y del que sentirnos orgullosos.
La situación actual de los arquitectos no es fácil. El número de arquitectos colegiados en España es aproximadamente de 1.2 profesionales por 1.000 habitantes, un poco por encima de la media europea, pero no excesivamente alejado de ella. Sin embargo nuestras retribuciones son mucho menores. 26.000,00 € de ingresos medios aproximadamente frente a los 32.000,00 de Europa, o los 18.000,00 para los asalariados frente a los 28.000,00 europeos, 45.000,00 en Alemania. Podríamos, como ha hecho el colegio tradicional, aceptar estos números y contemplar como los compañeros más jóvenes se marchan a trabajar fuera, en muchos casos sin retorno, o podemos ponernos como objetivo al menos igualar las condiciones de la media europea o mejor aún las de los países del primer nivel.
Nadie tiene la solución mágica para obtener los ingresos que nos corresponden y acercarnos a un sector profesional maduro en la línea de los países europeos de primer orden, pero juntos es más fácil. Si vemos el porcentaje de los ingresos de nuestros sector profesional sobre el total del sector de la construcción estamos en la mitad de la media europea, es decir que hay mucho que ganar.
Hay camino por hacer, y mejor juntos. Así debemos defender el derecho a la publicación de baremos orientativos; también publicar estudios de costes realizados por terceros, asemas, bases de datos; formación para ocupar puestos de trabajo ligados a los avances tecnológicos; formación intensiva entre los compañeros sobre gestión de los estudios, cómo y cuánto facturar y campañas de difusión tanto de nuevos trabajos, como por ejemplo la del arquitecto de la casa, y sobre el valor de nuestro trabajo, nuestra responsabilidad; plantear ante la administración tablas de remuneraciones para uso de esta y muy importante defender la contratación laboral digna; plantarle cara al intrusismo.
Nuestras compañeras las arquitectas tienen el problema añadido de unas remuneraciones medias un 15% inferior, que hay que atajar. Además de lograr la necesaria equidad, mediante la visibilidad que las corresponde.
La futura Ley de Arquitectura puede ser un instrumento que reconozca la particularidad y el valor de nuestro trabajo y por tanto de nuestras reservas de actividad, pero hay también que estar atentos al conjunto de la Ley, para que no prevea situaciones indeseables de impedir la libre concurrencia bajo supuestos de “calidad”, como ocurre con la ley catalana. Hay que pedir al colegio y al CSCAE máxima transparencia y participación de los compañeros en el proceso de propuestas.
Son muchas medidas, en todas ellas el colegio puede y debe estar presente muy activamente. La pregunta es si lo ha hecho ya, la respuesta es que poco, y el compromiso de NUEVO COAM es el de implicarse al cien por cien en la necesaria elevación de las remuneraciones de los arquitectos.
Los arquitectos nos hemos formado con mucho esfuerzo, con mucha dedicación. Nos mantenemos de la misma manera en la profesión; sabemos cuál es el valor de nuestro trabajo pero contemplamos como no tenemos el reconocimiento social que nos corresponde. El colegio también puede hacer y mucho. Difusión de la arquitectura, aumentar las visitas guiadas, las exposiciones con patronazgos, también la formación propia tanto para mantener nuestra capacidad de actuación como para saber presentar nuestro trabajo. Pero además el colegio debe ser el gran referente en la defensa del patrimonio, de la vivienda, del urbanismo. ¿Lo ha sido en estos años? No, asociaciones como MCyP o la plataforma “salvemos el EE”, han hecho, desde su particularidad, ese trabajo. Planteamos la puesta al día y ampliación de nuestras “guías de arquitectura”, referente en la protección del patrimonio, encomienda que la Junta actual no ha sido capaz de comenzar pese a estar aprobado en presupuestos. Planteamos el estudio del mantenimiento de todos los proyectos en el archivo colegial como contribución a la sociedad. Planteamos la recuperación de las comisiones de patrimonio, urbanismo, vivienda y otras, pudiendo desprenderse de ellas diversas iniciativas que posicionen al colegio en la primera línea de los estudios urbanos y tecnológicos como corresponde a nuestra institución.
Es decir un colegio activo, valiente e informado, en la primera línea del bienestar social que supone tener una arquitectura y un urbanismo adecuados, modernos y que respondan a las necesidades sociales y medioambientales que ya están aquí. Ese colegio tendrá prestigio, y ese prestigio nos llegará a nosotros, que deberemos continuar con nuestra propia formación continua, que a su vez debe ser facilitada por el colegio. Como vemos mucho más y con más decisión de lo que se está haciendo.
En nuestro ejercicio diario sufrimos trabas burocráticas continuas. La más llamativa y dañina es la del retraso en las licencias, especialmente en el Ayuntamiento de Madrid. No basta con hacer una encuesta cada dos años. Hay que pedir los datos a los propios Ayuntamientos, hay que unirse a otros agentes a los que este retraso perjudica y hay que plantarse, no ser acomodaticio, ante las administraciones locales que son las que tienen que resolver este problema. Hay que reunirse con con nuestros compañeros arquitectos municipales, apenas se ha hecho, que tienen las claves de muchas soluciones. Hay que explorar el visado como parte del proceso de concesión de la validación de la licencia, tal y como hacen los compañeros de Cataluña, exploración también abortada por esta Junta hace ya más de dos años.
Trabas burocráticas internas. Nuestro visado. No aceptamos que se pueda llegar a tardar varias semanas como ha seguido pasando. Cuando sea necesario hay que poner los medios humanos inmediatos para que el visado sea rápido 24-48 horas. Además hay que revisar todos los protocolos de visado para que sea más ágil y sencillo. De esto mismo he oído hablar al menos desde los 8 años que llevo como representante, sin que las anteriores Juntas avancen.
La inteligencia común que suponen 10.000 compañeros debe ser la gran potencia del colegio. Planteamos la recuperación de comisiones asesoras de la junta de gobierno, el mantenimiento y creación de grupos de trabajo y por qué no, de las agrupaciones por temas y que se suprimieron por miedo a su influencia. Pero un colegio que es fuerte porque en él participan muchos compañeros no puede tener miedo a esto. Ahora tenemos grupos de trabajo, con muy dispar resultado, pero ¿Les llega a los compañeros el resultado del trabajo de los grupos? En muy contadas ocasiones. Basta mirar la web para ver la escasa información de cada uno de ellos. Entendamos los grupos/agrupaciones como maneras de participar en la vida colegial y vertebremos su organización y difundamos sus trabajos. La potencia intelectual del colegio está en sus colegiados.
La formación es esencial para el mantenimiento de nuestra capacitación profesional. Es obligación del colegio ponerla a disposición de los compañeros, de calidad y a precios asequibles. Tampoco culminó como debía ser el proyecto de formación online que aprobó el colegio. Apostamos por su puesta en marcha. Una formación online líder en nuestro sector y en el ámbito de la lengua española. La formación, la presencial y la online y sus múltiples combinaciones, debe ser de primer nivel, evaluándose continuamente, y respondiendo siempre a los avances tecnológicos. La formación es clave para nuestro desempeño y para nuestro prestigio, así lo entendemos los profesionales, así lo debemos seguir entendiendo, y el colegio debe esforzarse al máximo por ser, como decía antes, el referente en nuestro sector y en el habla española.
Si estamos convencidos de que la unión entre los arquitectos madrileños, en el COAM, nos da una fuerza de la que carecemos individualmente también lo estamos, lógicamente, de que la unión entre los arquitectos españoles multiplica la fuerza y las posibilidades del colectivo. Planteamos la plena colaboración con los restantes colegios de arquitectos en el seno del Consejo Superior para compartir servicios, campañas, publicaciones… es una cuestión de escala y de mayor capacidad de influencia. Apoyo al CSCAE en su labor representativa. Pero el COAM debe hacer valer su tamaño, su influencia y su prestigio para conseguir por ejemplo y de una vez el visado nacional, con plataforma única. Ya basta de oír de él y que no implante nunca.
Los programas de las candidaturas tienen muchos puntos comunes; lo que nos puede diferenciar a unos y a otros es la decisión y el convencimiento para llevarlos a cabo. Nosotros, NUEVO COAM, se compromete al trabajo, a la dedicación, a no esconder la cara ante nadie, a escuchar a todos los compañeros y en primer lugar a los restantes grupos colegiales, a tomar ideas de todos. El COAM es de todos y gran parte de los objetivos son compartidos. Un gran colegio es posible.