En lo que llevamos de año las previsiones económicas para el 2021 han empeorado. El grado de incertidumbre para los próximos meses es muy alto. Por ello consideramos que los presupuestos colegiales que se puedan aprobar próximamente deben estar sometidos a un permanente seguimiento y es posible que también a su revisión en unos meses.
Compartimos con la Junta de Gobierno la necesidad de partir de unos presupuestos conservadores en la previsión de ingresos y austeros en el gasto. Pero además, ante la incertidumbre de lo que nos espera a lo largo del año, se impone la necesidad de realizar un seguimiento continuo de los ingresos y de la materialización del gasto, tanto por si son necesarios nuevos ajustes como ojalá porque fueran posibles nuevos gastos que le dieran contenido a las muchas actividades que en principio el colegio no va a poder acometer este año.
Este seguimiento debe realizarse desde la Comisión de Asuntos Económicos, donde se integran tanto la Junta de Gobierno como los Grupos de Representantes. Confiamos en que la Junta de Gobierno, que ya ha dado varias muestras de abrirse a la participación del resto de grupos, entienda que, este año más que nunca, la ejecución presupuestaria es asunto de todo el colegio.
Unos presupuestos en los que ante la crisis económica apenas queda margen para nuevas iniciativas, más allá del sostenimiento de los gastos fijos colegiales es un indicativo de la necesidad de replantearse tanto la necesidad de unos ingresos más altos por vías aún no exploradas como la de contar con una estructura interna más flexible que permita acomodarse a diferentes escenarios económicos.
2021 será posiblemente un año de transición que el colegio debe aprovechar para preparar el futuro inmediato. Si no hay medios para ejecutar aprovechemos para pensar.